La relación entre el magnate tecnológico y el presidente se rompe en medio de acusaciones, amenazas y pérdidas millonarias

Xalapa, Ver. - La hasta hace poco estrecha relación entre Elon Musk y el expresidente Donald Trump, tras una serie de declaraciones cruzadas que han sacudido tanto al mundo empresarial como al político.

El conflicto se desató luego de que Musk criticara públicamente una iniciativa fiscal impulsada por Trump, calificándola como una “abominación repugnante”. Esta declaración provocó una dura respuesta por parte del expresidente, quien se declaró “profundamente decepcionado” y amenazó con revisar los contratos gubernamentales con empresas del empresario como Tesla, SpaceX y Starlink.

La situación escaló rápidamente cuando Musk, a través de la red social X (antes Twitter), insinuó que Trump aparece en documentos vinculados al caso Epstein, acusación que lanzó sin aportar pruebas. Trump, desde la Casa Blanca, no tardó en responder, acusando a Musk de “desleal” y advirtiéndole que habrá “consecuencias muy graves” si apoya a candidatos demócratas en 2026.

Las repercusiones económicas no tardaron en manifestarse. Tesla registró una caída de hasta el 16% en el valor de sus acciones, lo que se traduce en una pérdida estimada de 34 000 millones de dólares en el patrimonio neto de Musk. Además, están en juego contratos gubernamentales que superan los 38 000 millones de dólares.

En el terreno político, la pelea ha generado divisiones. Mientras algunos republicanos, como el senador J.D. Vance, han calificado la reacción de Trump como “desmedida”, otros sectores demócratas debaten si deben tenderle la mano a Musk o mantenerse al margen. Figuras como Bernie Sanders se han mostrado escépticas, mientras que otros, como el congresista Ro Khanna, consideran que Musk podría ser un aliado estratégico.

Por ahora, no se vislumbra una reconciliación inmediata. Aunque el empresario Bill Ackman ha intentado mediar entre ambas figuras, Trump ha dejado claro que no está interesado en acercamientos por el momento.

Este episodio marca un giro dramático en la relación entre dos de las figuras más influyentes del país, y plantea preguntas importantes sobre el futuro de las alianzas entre el poder político y las grandes tecnológicas.

Por: Antonio Almendra