En un mundo donde la creatividad del crimen organizado parece no tener límites, el caso del “Narco michi”, un gato utilizado para introducir drogas en una cárcel de Costa Rica, ha generado asombro, indignación y reflexión.
Xalapa, Ver. - Este incidente, que rápidamente se viralizó en las redes sociales, no solo revela la desesperación de los grupos delictivos para burlar los controles de seguridad sino también la explotación de estos seres vivos.
El felino encontrado por agentes penitenciarios en el centro de atención institucional de Pococí, dónde llevaba adheridos a su cuerpo paquetes de marihuana y crack, pone en evidencia las brechas en la seguridad penitenciaria, así como también resalta la práctica del narcotráfico de usar animales para transportar..
Aunque este hecho ocurrió fuera de México, el país comparte desafíos similares en la lucha contra el crimen organizado. Además el uso de animales en actividades delictivas crea un debate sobre su explotación.
Esto evidencia la necesidad de estrategias conjuntas entre naciones para enfrentar el problema. Este caso nos invita a reflexionar sobre la urgencia de reforzar los controles en cárceles y el respeto por los seres vivos, Si hoy es es gato ¿Qué será mañana?
Por: Dalay Gómez