Durante la última semana del mes de mayo. En Puerto Vallarta fue detenido el reconocido productor de películas para adultos, Alex Marín, el cual fue acusado de trata de personas y abuso hacia una menor de edad
Xalapa, Ver. - Si bien, vivimos en un mundo libre, en el cual tenemos la posibilidad de elegir a qué dedicarnos bajo distintos factores como la pasión o conveniencia. Esta situación pone en reflexión los distintos valores sociales que se juegan en nuestro caótico mundo y cómo es que las personas son capaces de poner en juego la integridad de terceros a cambio de un beneficio propio.
Esta figura es caracterizada por ser un “formador” de estrellas de la industria pornográfica, y de la misma manera que lo hizo con su ya conocida relación poliamorosa. Durante los últimos años este fue su gran aporte a nuestra sociedad, presumiendo los tesoros que él encontró y moviendo a tales actrices como cartas estratégicas que le generaban grandes cantidades de dinero.
¿El problema dónde está? Bueno, pues resulta que a varias chicas no eran más que obligadas a participar en los encuentros que este hombre organizaba, incluso más allá de una filmación; siendo prostituidas y abusadas por distintas personas dependiendo de la voz y voto de su manager (Alex Marín).
Una persona en 15 minutos de placer, puede estar viendo 15 minutos de una violación, y peor aún, llega a ser un cliente recurrente, que constantemente llena los bolsillos de personas como Alex Marín; que aunque parecieran no hacer daño alguno con el movimiento de su industria, llega a formar una red de violaciones y abusos que es tapada por el “estrellato pornográfico”.
Como repito, vivimos en un mundo libre, en el que además de que cada quien elige su labor, también cada quien elige el producto que quiera consumir. Sin embargo es importante ver y prestar atención al mundo en el que viven las personas que se dedican al medio pornográfico, no solo hablando de mujeres, ya que es un tema que va más allá de géneros y sexos, poniendo en juego su integridad mientras van tras una recompensa construida a base de engaños y falsedades.
Una introspectiva en los productos que consumimos pueden ser clave para el bienestar de distintas personas.
Nota enviada por colaborador de Acento
