Me caga la película de "Flamin' Hot: El sabor que cambió la historia", tiene un par de años que salió pero considero importante decirlo... esta es una película gringa llena de estereotipos que solo perpetúan las falencias y desigualdades de una economía y una sociedad presuntamente meritocrática.
Richard Montañez llegó a ser el director de marketing hispano de Frito-Lay a pesar de iniciar como conserje, desconozco la razón detrás de ello (no por no buscarla, sino porque su figura está envuelta en mentiras).
Flamin’ Hot no inspira, adoctrina, es propaganda de una realidad desabrida envuelta en picante, que pareciera retratar las adversidades de la cultura "chicana", pero no lo hace, las menosprecia y te dice: "Échale ganas".
Esta película es una fábula diseñada para hacerte creer que el esfuerzo individual basta, mientras oculta que la mayoría sigue atrapada en un sistema que no premia el mérito, sino la narrativa útil, glorificando la excepción para justificar la regla y utilizando a un sector poblacional marginado para supuestamente empoderarlo pero sin entenderlo, hasta parece que los ejecutivos de Disney y Frito-Lay dijeron: "Métele picante y di que es cultura".
El problema principal es que tanto la historia real como la película, es la clásica que a tantos idealistas del "sueño americano" les encanta escuchar: Aquella en la que, a pesar de las adversidades, una persona con todo en contra logra triunfar y salir adelante, porque el sistema es justo y siempre le da oportunidad al empleado que se desvive por la empresa y trabaja duro hasta el cansancio.
Esto último, obviamente, es una ironía. La excepción no hace la regla, pero la industria del entretenimiento te muestra lo contrario. Historias así hay cientas, no lo dudo, pero los trabajadores son millones, por películas como estas, por ese aspiracionismo irreal y retorcido, es que hoy tenemos a viles déspotas como Ricardo Salinas Pliego, con múltiples denuncias que exponen una presunta explotación laboral en sus empresas y una ola de despidos injustificados, pero que aún se atreve a decir que la gente no trabaja y no quiere esforzarse y salir adelante, justo como él lo ha hecho.
Así que sí, odio esta película por ser un espejismo de la realidad, una propaganda mal hecha, una película televisiva que está más cerca de ser una mala telenovela que una cinta seria. Richard Montañez no solo no creó los Cheetos Flamin' Hot (de acuerdo con la propia empresa Frito-Lay), sino que tampoco tendrían que ser un símbolo de resistencia cultural mexicana o latinoamericana. Son un producto más, un producto que ni siquiera remite a la gastronomía del país, por más que quieran venderlo de esa forma... Se necesita más que basura comestible picante como para tener un aporte sociocultural en el país.
Por: Luis Emilio